En un contexto en el que los organizadores de eventos buscan espacios y servicios que aporten valor más allá de la logística, la idea de legado, es decir, el impacto positivo que un congreso deja en el territorio, en la comunidad y en el sector profesional que implica, se ha convertido en un elemento estratégico. En Girona, este enfoque forma parte de la identidad de su Auditorio Palacio de Congresos, que celebra dos décadas consolidado como sede de referencia para congresos internacionales y encuentros de gran formato.
Este equipamiento combina accesibilidad, experiencia y una clara orientación al servicio, pero su verdadero distintivo es la capacidad de transformar cada evento en una oportunidad para crear valor compartido. Un modelo que responde a las tendencias globales del MICE y que refuerza el atractivo de la Costa Brava y el Pirineo de Girona como destino de congresos con propósito.
La trayectoria del Auditorio Palacio de Congresos de Girona muestra una evolución constante hacia formatos de encuentro que integran comunidad y especialización. A lo largo de los años, ha acogido congresos científicos, tecnológicos, médicos y corporativos que han situado a Girona en el mapa europeo del MICE.
Su valor diferencial reside en el trabajo en red con instituciones, universidades, centros sanitarios y agentes locales. Esta colaboración permite que el conocimiento que llega con cada congreso trascienda los muros del recinto y tenga un impacto real en el territorio.
Este modelo ha quedado patente en eventos como el Congreso de Cirugía Maxilofacial y Oral, que reunió a expertos internacionales en un programa centrado en las complicaciones postoperatorias, casos complejos e innovación técnica, así como en el 2nd Michele Taruffo Girona Evidence Week, que convirtió la ciudad en punto de encuentro global del razonamiento probatorio en el ámbito jurídico.
Para muchos organizadores, generar legado significa reforzar la relevancia del evento y mejorar su retorno social y reputacional. En Girona, este principio se traduce en acciones concretas y replicables: programas de divulgación, actividades abiertas al público, conexión con estudiantes, acciones de formación especializada y proyectos que fortalecen el tejido local.
En el marco de congresos médicos, el Auditorio Palau ha organizado charlas formativas gratuitas y abiertas a la ciudadanía, como las sesiones “Cuida el corazón durante y después del cáncer” o “Generando salud: prevención de caídas”, impulsadas junto a profesionales del Hospital Trueta, el Parc Hospitalari Martí Julià y distintas sociedades médicas.
Estas iniciativas han permitido que ponentes internacionales compartan su conocimiento con la población local, reforzando el vínculo entre expertos y ciudadanía y multiplicando el impacto del congreso más allá de su agenda formal.
De este modo, Girona ha reforzado su proyección internacional acogiendo encuentros de alto nivel en campos tan diversos como la astrofísica, la nanotecnología o la investigación alimentaria. Congresos como el International Symposium on Nuclei in the Cosmos XVIII, que reunió a especialistas mundiales en astrofísica nuclear, o el TAPPI International Conference on Nanotechnology for Renewable Materials, con expertos de 25 países, han puesto de manifiesto la capacidad de Girona para acoger eventos científicos de alta complejidad. También destaca el ICoMST, el principal congreso global de ciencia y tecnología del sector cárnico, que reunió a expertos de más de 30 países.
Estos encuentros no solo tienen un impacto económico notable, sino que activan un ecosistema local que involucra a centros de investigación, universidades e instituciones especializadas. Las visitas técnicas, las sesiones compartidas con investigadores del territorio y las actividades paralelas refuerzan la transferencia de conocimiento y convierten cada congreso en un catalizador de nuevas relaciones profesionales y oportunidades futuras.
El legado se ha convertido así en un criterio clave para un sector que busca contribuciones duraderas más allá del evento. En Girona, este enfoque se integra de manera natural en un ecosistema que combina infraestructuras preparadas para formatos híbridos y multidisciplinares, una dimensión urbana que facilita la movilidad y la interacción, y una colaboración institucional que refuerza el acompañamiento en la organización de congresos.
Este equilibrio entre eficiencia operativa y calidad de contexto permite que la ciudad responda a las demandas de un MICE más responsable y alineado con los valores actuales de sostenibilidad, conexión e impacto positivo. En Girona, esta cultura del legado se consolida como parte del ADN del destino y actúa como motor para que cada congreso, ya sea científico, médico, tecnológico o corporativo, contribuya a un MICE más abierto, más relacional y más transformador.